72. Por qué los casados podían ser sacerdotes en la Iglesia primitiva

El que otrora algunos hombres ya subyugados al mundo fueran, sin embargo, admitidos en este oficio -aunque es de ver que se habían sometido al yugo carnal antes de empezar a servirme y no después, así que cuando, más tarde, se libraron de ese yugo, el Espíritu Santo obró gloriosas alabanzas en ellos merced a Sus maravillas- se permitió como algo extraordinario durante la juventud de la Iglesia, por el escaso número de sacerdotes; pero ahora que ya es adulta y bien fuerte, y sus ministros se han multiplicado, la censura eclesiástica previene contra esta práctica, aduciendo el siguiente ejemplo: cuando acababa de nacer el mundo les estaba permitido a los varones tomar mujer de estirpe cercana a la suya, al haber pocos hombres, mas ahora que ya son muchos, les está prohibido; pues las piedras que suelen ponerse como fundamento de un edificio son toscas y sin pulir, pero después se requieren piedras hermosas y bien compuestas para sus muros. Así también, en la infancia de la Iglesia fueron adscritos a este oficio los sacerdotes que entonces pudieron hallarse, en cambio ahora hay entre el pueblo espiritual numerosos hombres aptos para el sacerdocio, que no están atados por la carga mundana de la alianza terrenal; porque no conviene que un padre de familia, ya sometido a los preceptos del vínculo secular, sea llamado al magisterio sacerdotal como nuncio Mío. Escucha, pues, la siguiente semejanza: