La clasificación de mujeres de Santa Hildegarda

Abril 2012

En el "Libro de las Causas de las enfermedades y sus remedios", Santa Hildegarda presenta dos clasificaciones completas de los seres humanos: una de cuatro tipos de hombres y otros tantos de mujeres, que algún escriba medieval calificó con los adjetivos de moda en aquel entonces: sanguíneo, flemático, melancólico y colérico. La segunda, mucho más minuciosa, describe treinta caracteres masculinos y otros tantos femeninos, condicionados por el momento de su concepción.

En la primera de las clasificaciones femeninas, la Luz Viva que dictaba a Hildegarda señala si a esas mujeres les gustan los abrazos amorosos o si por el contrario solamente los soportan y están más a gusto sin varones. Es un buen entretenimiento tratar de encasillar a las mujeres en este primer casillero de la feminidad hildegardiana:

A) Ciertas mujeres son de naturaleza grasa, tienen carnes blandas y lindas, venas finas y buena sangre sin podre. Como sus venas son finas tienen menos sangre y por eso su carne crece mucho más y está más llena de sangre. Estas mujeres tienen el rostro claro y blanco, están en los abrazos del amor y son amables, sutiles en sus artes, continentes por sí mismas en su ánimo, y en sus hemorragias de tiempo menstrual padecen un flujo de sangre moderado. El habitáculo de su matriz está fuertemente asentado para parir por lo que son fecundas y pueden concebir con la semilla del varón. Pero no tienen muchos hijos, y si están sin maridos y no tienen prole, suelen tener dolores corporales; en cambio, si tienen maridos están sanas. Si les quedan retenidas gotas de sangre de la menstruación antes de tiempo y no fluyen, pueden volverse melancólicas, tendrán dolor de costado, crecerá un gusano en sus carnes, las saldrán bultos supurantes llamados escrófulas (1), o les saldrá lepra, aunque también moderada.

B) Hay otras mujeres cuyas carnes no crecen mucho porque tienen venas gruesas. Tienen la sangre bastante sana y blanquecina, con algo de veneno que por eso toma color blanco. Tienen rostro severo, color negruzco, son fuertes, útiles y tienen cierto ánimo viril. En la menstruación tienen secreciones de sangre ni muy escasas ni muy abundantes sino más bien moderadas. Y al tener venas gruesas son muy fértiles y conciben hijos con facilidad, ya que tanto su matriz como todos sus órganos internos están adecuadamente puestos. Atraen a los hombres, que van en pos de ellas y ellas los quieren. Pero si quieren abstenerse de hombres, pueden abstenerse de tener relaciones y solo se debilitarán un poco, no mucho. Pero si evitan las relaciones con hombres serán de carácter difícil y severo mientras que si están con varones y no quieren abstenerse de tener relaciones con ellos, serán incontinentes y excesivas en su lujuria, como ellos. Son algo viriles por el verdor de la fuerza vital que tienen dentro y a veces les sale algo de bozo alrededor del mentón. Si antes del tiempo correcto se les queda estrangulada una efusión de sangre de la menstruación, caen en la insania y el frenesí, se vuelven esplenéticas (2) o hidrópicas, les crecen carnes de más que siempre son ulcerosas, o les crece en algún miembro un trozo de carne más de lo normal, como una excrecencia en un árbol o en un fruto.

C) Hay otras mujeres que tienen carnes delgadas, pero huesos gruesos y venas normales, con sangre roja y espesa. Son pálidas de color, prudentes y benévolas, los hombres las respetan y se las teme. Tienen demasiada sangre en su menstruación, su matriz esta fuertemente sujeta y son fecundas. A los hombres les gusta su carácter, aunque a veces las evitan y huyen de ellas porque los atraen, los enredan, y después no los quieren. Si tienen junto a sí a un marido, son castas, guardan fidelidad de esposas y están sanas de cuerpo. Si carecen de marido, soportarán dolores corporales y serán débiles por no saber a qué marido tienen que guardar fidelidad, así como por no tener marido. Si el flujo de la menstruación les cesa antes de lo justo seguramente estarán paralíticas y serán débiles en sus humores; estarán enfermas, tendrán dolor de hígado, les saldrá con seguridad un tumor negro de dragunculi (3) o sus pechos se hincharán de cáncer.

D) Otras mujeres tienen carnes delgadas, venas gruesas, huesos moderados y sangre mas azulada que rojiza. Su tez tiene una mezcla de colores negruzco y verdoso. Son inconstantes, lentas en sus pensamientos, y suelen enfermar aburridas de sus males. Son indolentes por naturaleza de suerte que a veces padecen melancolía (4). Tienen mucha sangre en la menstruación y son estériles porque su matriz es frágil y débil, por lo que no son capaces de recibir semilla masculina, retenerla y calentarla y por eso están más saludables, más fuertes y más contentas sin marido que con marido, porque si están con marido se debilitan. Los hombres se apartan de ellas y las huyen porque no son muy afectuosas ni afables en sus conversaciones y si en algún momento sienten placer de la carne, rápidamente les desaparece. Algunas de ellas, si sus maridos son robustos y sanguíneos, cuando llegan a una edad madura a eso de los cincuenta años, a lo mejor pueden parir un hijo. Si están con otros maridos de naturaleza más débil no conciben de ellos y permanecerán estériles. Si les falta el flujo menstrual antes del tiempo natural de las mujeres, entonces pueden tener gota o las piernas hinchadas, o insania de cabeza que excita la melancolía, o tener dolor de espalda y riñones, o hinchárseles velozmente el cuerpo, porque la suciedad e impureza que tenía que haber purgado la menstruación, permanecen encerradas dentro. Si no se les ayuda en la enfermedad y no las ayuda Dios o las libera la medicina, mueren rápidamente.

Acertijo fácil: ¿Donde están la Venus de Tiziano, las tres gracias de Rubens, la Santa Ana de Velázquez, la Emilie Flögge de Klimt, o la bebedora de absenta de Degas?

Como se ha visto, esta asombrosa clasificación tiene en cuenta las carnes, las venas, la sangre, los huesos, la sujección de la matriz, su atractivo para los hombres, la mayor o menor afición a la cópula, la fecundidad, la fidelidad y las consecuencias de la retención de la menstruación, entre otras características más visibles, y configura una descripción absolutamente singular del género femenino. Otro día nos asomaremos a la tipología humana según el momento de la concepción, que no es menos singular que ésta, pero más matizada y absolutamente distinta.


(1) Nombre medieval de la tumefacción fría de los ganglios linfáticos, principalmente cervicales, acompañada por lo común de debilidad general que predispone a las enfermedades infecciosas y sobre todo a la tuberculosis.
(2) Que padece de esplenitis, inflamación del bazo.
(3) Nombre medieval de un tipo de tumor negruzco de las extremidades.
(4) Atrabilis, bilis negra.


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