CIRCUNSTANCIAS QUE MOTIVARON LA EXPLICACIÓN DE HILDEGARDA SOBRE LA REGLA DE SAN BENITO.
Existen aspectos que no están claros sobre este breve trabajo, pues aun cuando Hildegarda fue miembro de un convento benedictino toda su vida adulta, y de abadesa más de cuarenta años, raramente menciona a San Benito en sus obras. Quizás sea debido simplemente a su norma de evitar las citas de autoridad humana. En cualquier caso convendrá tener siempre en cuenta este trabajo en cuanto se refiere al pensamiento de Hildegarda sobre la práctica de la vida monástica, pues éste es el eje de la obra, ya que Hildegarda no entra aquí en aspectos teológicos de la enseñanza benedictina.
En cuanto a la fecha de composición, puede dar una ligera pista el prefacio al Líber Vitae Meritorum, donde dice que ha pasado algún tiempo trabajando en diversas actividades, dirigiéndose a personas grandes y pequeñas, unas veces aconsejando, otras dando respuesta a sus preguntas, bien fuera por carta, bien con otros escritos. Si pues, su Explicación de la Regla de San Benito estaba entre estas exposiciones, quiere decir que se escribió al finalizar 1150 o antes de 1160.
En cuanto a saber a quien iba dirigido y quién se lo pidió, estamos ante el más total desconocimiento. La carta que pide el comentario procede de la “congregatio Hunniensis", la cual ha sido interpretada por algunos estudiosos como perteneciente al convento de monjas cluniacenses de Huy, junto a Lieja; Heningense en la diócesis de Worms; y Ravengiersburg (Hunsrück) en la diócesis de Trier.
Las peticionarias parecen ser mujeres ("perjuri" en el párrafo 3), seguidoras de la Regla de San Agustín ("B. Pater Augustinus... religionem nostram", en el párrafo 4). La falta de claridad acerca de la observancia hace muy improbable que fuera una casa tan venerable como Ravengiersburg, sobre todo porque estaba rodeada de casas que seguían precisamente los usos cuidadosamente establecidos en Springiersbach. Más bien habría que inclinarse a pensar que se tratara de alguna casa apartada e independiente, que eclécticamente hubiera tomado sus usos de fuentes diversas, entre otras las benedictinas, y al ser por ello acusadas por las monjas benedictinas de laxa observancia, quisieron aquellas monjas valerse del prestigio y la autoridad benedictina de Hildegarda cuando trataron de afirmar sus prácticas monásticas y reformar sus antiguos usos.
Sea como fuere, no sabemos tampoco cuál fue el motivo de la respuesta de Hildegarda, tan concreta, cuando no era eso lo que se le pedía específicamente.
Quizás llegara la carta por manos de un mensajero que hizo, al mismo tiempo que la entregó, algunas preguntas más concretas. En cualquier caso, la duda sobre la identidad de "Hunniensis" no parece afectar a la interpretación del texto como tal.
En opinión de Pitra, el estilo de Hildegarda en la Explicación de la Regla de San Benito es más sencillo y más directo que en cualquier otra de sus obras; y sólo al comienzo y al fin insinúa algo acerca de sus experiencias proféticas y visionarias.